lunes, 23 de marzo de 2009

Victimas de la irracionalidad


A estas alturas de la historia y gracias a la amplia cobertura que los medios de comunicación realizan casi a diario sobre las causas y consecuencias del cambio climático, cualquiera podría pensar que la bicicleta se ha convertido ya, para cualquier ciudadano del paneta, en un simbolo admirado de buena ciudadanía, de respeto y amor al prójimo. Sin duda es el medio de transporte más democrático, saludable, económico y sostenible. Pero paseando por la ciudad no es dificil descubrir cada día en cualquier calle una de esas bicicletas destrozadas por la irracionalidad, una muestra de que lo anteriormente dicho es un mero espejismo, una ilusión. Para el propietario de la bicicleta vandalizada el hecho en sí puede suponer el abandono definitivo de este vehiculo como medio de transporte cotidiano. Para los demás vecinos que lo contemplan es un ejemplo recordatorio de que la alternativa al coche es quizás mucho más costosa de lo que están dispuestos a asumir.
El resultado es claramente nocivo para la salud y para el planeta, porque demasiada gente seguirá renunciando a la bicicleta y apostará quizás por el sucio coche y el incómodo autobus de linea, dejando aparcada sine die y cubriendose de polvo a su bicicleta en el oscuro trastero o en la galería.